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Esta salsa de chile de árbol es una que no falta jamás en mi casa. A pesar de lo picosa que es. Es tan rica y tan fácil de preparar que les aseguro de ahora en adelante ustedes también tendrán siempre un frasco en casa.

Mi abuela Julia preparaba esta salsa en el molcajete (mortero). En una cacerola de peltre, freía todos los ingredientes juntos, incluso el ajonjolí. Lentamente, en un fogón donde casi quedaban solo cenizas.
Luego con una cuchara sacaba de a poco los ingredientes y los ponía en el molcajete. Agregaba sal de grano y comenzaba a moler con cadencia, como en un baile lento. Así hasta que el molcajete rebosaba de salsa.
A mi mamá le gustaba tanto esta salsa que de vez en cuando mi abuela preparaba de más y luego la envasaba en frascos; mismos que iban a parar abajo de la cama porque era el lugar más frío y obscuro de la casa. Donde sin duda se conservaban bien hasta que la visitábamos y regresábamos a casa con nuestro cargamento de salsa.

Se la ponía a todo. A una tortilla de maíz apenas salida del comal, al arroz con frijoles, a un huevo frito, al pozole . Le gustaba de verdad tanto. Yo en cambio uso esta deliciosa salsa de chile de árbol en estas ricas tostadas de pollo o con unas sabrosas flautas doradas, les queda de maravilla!
¿Es una salsa macha?
Por cuanto pueda parecer esto una salsa macha, en realidad si hay diferencias. La salsa macha se prepara con chile morita, un tipo de chile típico del estado donde nació esa salsa. También algunas versiones se hacen con cacahuate. Por eso y por respeto a mis tradiciones prefiero llamar esta receta simplemente salsa de chile de árbol.
Yo la estoy haciendo ahora esta salsa de chile de árbol por pura nostalgia y porque tengo este tipo de chiles en abundancia. No estoy siquiera segura que me la vaya a comer toda porque es de verdad picante pero ¡está sabrosa!.

Como hacer salsa de chile de árbol
CHILE DE ÁRBOL. Indispensable, pero no siendo tan fácil de encontrar en otros países fuera de México, les recomendaría de usar otros tipo siempre y cuando sean secos, rojos y picantes.
AJONJOLÍ. También llamado sésamo en otras partes. Le dará consistencia a la salsa y ayudará a balancear el picor de la misma.
AJO. Frito, hay que poner mucha atención cuando se está friendo para evitar que se queme y amargue la salsa.
VINAGRE. Solo un poquito, no se debe sentir el sabor/olor. Su función es solo la de preservar un poco más la salsa.
ACEITE. Uno de sabor neutro para que no comprometa el sabor y olor de la salsa. No recomiendo aceites fuertes como extravirgen de oliva o aceite de coco, etc.
SAL. Yo siempre uso de grano, pero cualquier sal es suficiente.

preparación
Limpiar los chiles quitándoles el pedúnculo. Reservar.
Pelar los ajos y filetearlos. En una cazuela poner media taza de aceite y calentar a fuego bajo. Freír los ajos poniendo atención a que la flama de la estufa no esté demasiado alta o podría quemar los ajos y hacerlos amargos.
Los ajos deben quedar dorados uniformemente así que bastará al máximo un minuto siempre teniendo la flama controlada y mezclando constantemente. Poner en la licuadora con todo y el aceite usado.

Agregar otra media taza de aceite a la cazuela y calentar a fuego bajo. Freír los chiles por un minuto hasta que estén dorados, pongan atención ya que los chiles no deben quemarse por eso es importante mantener la flama baja y mezclar constantemente. Ponerlos en la licuadora junto con el aceite donde los frieron.

Agregar el ajonjolí, la sal y la cucharada de vinagre a la licuadora. Licuar por 2-3 minutos dependiendo de como les guste la consistencia de la salsa. Poner en un frasco y agregar encima un buen chorro de aceite de maíz.

Salsa de chile de árbol
Ingredientes
- 2 tazas (70 gr) de chile de árbol
- 1 cda. (15 gr) de ajonjolí tostado sésamo
- 4 dientes de ajo
- 1 cda de vinagre
- 1 taza (250 gr) Aceite de maíz o de canola, oliva, etc.
- ½ cda sal de grano
Elaboración paso a paso
- Limpiar los chiles quitándoles el pedúnculo. Reservar.
- Pelar los ajos y filetearlos. En una cazuela poner media taza de aceite y calentar a fuego bajo.
- Freír los ajos poniendo atención a que la flama de la estufa no esté demasiado alta o podría quemar los ajos y hacerlos amargos.
- Poner en la licuadora con todo y el aceite usado.
- Agregar otra media taza de aceite a la cazuela y calentar a fuego bajo. Freír los chiles por un minuto hasta que estén dorados.
- Poner los chiles en la licuadora junto con el aceite donde los frieron.
- Agregar el ajonjolí, la sal y la cucharada de vinagre a la licuadora. Licuar por 2-3 minutos.
- Poner en un frasco y agregar encima un buen chorro de aceite de maíz para que cubra bien los ingredientes.
Notas
- Los ajos deben quedar dorados uniformemente así que bastará al máximo un minuto siempre teniendo la flama controlada y mezclando constantemente.
- Pongan atención ya que los chiles no deben quemarse por eso es importante mantener la flama baja y mezclar constantemente.
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