Casi todos nosotros los italianos pensamos que nuestra cocina sea la mejor al mundo. Por este motivo, cuando se prepara uno para un viaje a Londres pensamos que seguramente será un lindo viaje pero que no comeremos nada de bueno o especial. Al momento de nuestra partida Maricruz me confió que estaba muy emocionada porque estábamos yendo a la capital mundial de la gastronomía. Pueden imaginar mi reacción. En efecto, Londres es verdaderamente la capital de la gastronomía puesto que se pueden encontrar platillos de todo el mundo, preparados por cocineros muy buenos por cierto.
La primera cosa que me impresionó durante nuestra breve visita fueron los postres. ¿A quién no le gustan? Bueno, los que probé en Londres fueron una agradable sorpresa, empezando de las crujientes cookies (galletas) al chocolate y pistachos y terminando con los delicados muffins con arándanos que probé en un puestecito en Camden. Incluso en los supermercados los postres se te ofrecían y era imposible ignorarlos o dejarlos en los estantes. ¿Mis preferidos? Sin lugar a dudas las cookies con nueces y pistachos que todas las mañanas devoraba en el desayuno, parejando con los brownies con los que acompañaba el té por las tardes.
La parte más interesante sin lugar a dudas fué la visita con su respectiva cena al pub. Cerca de nuestro hotel habíamos visto uno muy típico e interesante, el Blackbird, este pub se encuentra casi frente a la parada de la metro de Earl Court. Una noche entramos solo para tomarnos una cerveza y checar el ambiente, luego decidimos que regresaríamos a comer al día siguiente. Este pub tiene una zona pequeña separada de la del bar con mesas más bajas para comer por lo que reservamos para el día después y fué entonces que probamos la cocina local. La comida fué sorprendente, buena y abundante, no dietética claro!.
Maricruz escogió el plato oficial de casi todos los pubs londineses: Fish & Chips (pescado y patatas fritas), yo en cambio pedí el chicken pie con verduras al vapor. El chicken pie es una especié de soufflè hecha con pasta hojaldre rellena de un delicado y suave pollo que ha sido cocinado junto con una crema particulare y gustosa. Todo rigurosamente acompañado de un par de pints de cerveza. La cena nos gustó tanto que regresamos el día después.
Pero hay un verdadero punto de fuerza gastronómico en Londres y ese es el Street Food (comida callejera). En Camden Market se puede encontrar comida callejera de muchas partes del mundo. Incluso en uno de los puestos encontramos un chico romano que preparaba la pasta fresca y la cocía y condimentaba al momento. Una verdadera explosión de sandwiches argentinos, indios, jamaicanos y de varios puntos del mundo. También en Portobello Road la parte principal del mercado está dedicada al street food, con pequeños y adorables negocios de sandwiches gourmet y delicatessen extranjeras. Como punto de contraste: uno de los restaurantes del Chef Jamie Oliver en una esquina.
En conclusión: En Londres se come bien y variado, basta saber escoger y no partir con demasiados prejuicios.
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