Si hay algo por lo que ansiosamente espero el verano son los friggitelli. Los friggitelli son unos pimientitos dulces italianos que son una delicia para el paladar, no son picantes y se comen normalmente como acompañamiento a platillos de carne aunque también se sirven como entradas en las comidas. Sé que es posible encontrar estos pimientos en otras temporadas y algunas veces me ha ganado el antojo y los he comprado, pero déjeme decirles que siempre he acabado desilusionada por el sabor insípido que tienen, por eso prefiero esperar a que sea verano y disfrutarlos al máximo, que no me dejarán mentir, la espera hace que todo parezca cien veces mejor, además que en verano cuestan de verdad poco.
Aquí en mi país adoptivo los friggitelli se consumen principalmente cocinados en una sartén, salteados solo con un poco de aceite de oliva. Se cocinan normalmente con todo y el pedúnculo porque se supone que deben comerse con las manos, tomándolo precisamente del rabito y jalándolo para que las semillas queden pegadas a este. Y como dicen por acá: uno tira l’altro! (uno jala al otro), refiriéndose a que son tan buenos que no se puede parar de comerlos.
Cabe destacar que los friggitelli no se comen solo salteados sino que existen además recetas para hacerlos rellenos, en estofado, al horno, etc. Yo hasta los uso para preparar algunas recetas mexicanas como substituto de nuestro querido chile poblano porque el sabor es ligeramente parecido. Por cierto, en España comimos unos pimientos buenísimos también muy parecidos llamados pimientos padrón y en Turquía también encontramos algo similar de lo que no recuerdo el nombre, una prueba más que la comida de los países mediterráneos es muy pero que muy parecida.
Friggitelli in padella
Ingredientes:
- 1k de friggitelli
- Aceite de oliva extravirgen
- 1/4 taza agua
- Sal de grano
Preparación:
Lavar perfectamente los pimientos, poniendo especial atención en donde haya pliegues que es donde se acumula la suciedad. Ponerlos en un colador y dejarlos escurriendo el exceso de agua. Secarlos con papel de cocina o un trapo limpio.
En una sartén bastante grande poner un buen chorro de aceite de oliva a calentar, unir los pimientos y saltear a flama alta por un par de minutos. Si desean pueden aromatizar el aceite salteando un par de dientes de ajo sin piel pero no se les olvide descartarlo al final.
Agregar una espolvoreada de sal y el agua. Bajar al mínimo la flama, el agua ayudará a suavizar los pimientos pero es necesario que no sea demasiada ya que no queremos hacerlos hervidos sino salteados. Dejar cocinar los pimientos de 10 a 15 minutos o hasta que estén completamente suaves.
Poner en un plato y dejar enfriar completamente. Mi suegra agrega un chorrito de vinagre balsámico y les da un toque de verdad riquísimo.
Qué apetecible, soy adicta a los del Padrón, pero ya se sabe que unos pican y otros no, ese peligro le da vidilla al acto de comer, aunque cuando pican…
Oh esa (y el tamaño) es una de las diferencias con los friggitelli, estos no pican para nada :)